viernes, 20 de noviembre de 2009

PERVERSIÓN



Siento yo por Serge Gainsbourg algo parecido a lo que tú, querido Patiño, sientes por Tom Waits. No sé que tiene que hasta sus canciones más simples me conmueven. Era un tipo inteligente, muy nteligente, que, sin emabargo escogió vivir en el filo y matarse. Todos sus excesos respondían a una irresistible necesidad de transgredir, de tirar por elevación para no sentirse adocenado.
De algún modo, Gainsbourg siguió los pasos de Boris Vian, con un pie en el jazz y otro en la parodia, para dejarnos el mejor pop que se haya hecho en Francia en mucho tiempo. Sus letras van de lo más simple a lo sublime, enrredándose siempre en los juegos de palabras y en los dobles sentidos.
Como me temo que no será la primera vez que necesite hablar de este genio de la música popular del siglo XX, adorado por las mujeres a las que adoraban los hombres, me voy a permitir pedir una reflexión a los que escuchan deprisa y sin tiento. Desgraciadamente, para muchos, la obra de Gainsbour s ereduce a una canción, Je t'aime, moi non plus", y más concretamente a una versión, la que grabó con una jovencísima Jane Birkin, a despecho de la mismísima Brigitte Bardot, para la que había sido escrita. Esta es la famosa versión con la Birkin y este el inocente clip con que se promocionó.



Sin embargo, yo soy de los que piensan que la mayor perversión que cometió Gainsbourg fue hacer cantar a France Gall, la rubita que gan Eurovisión con su ·muñeca de cera", una canción, toda ella doble sentido... y de chupetones. Aquí va "Les sucettes".


Perverso ¿verdad?
Años después, France aseguraba no haber "pillado" el doble sentido de la canción ¿La creemos?

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