viernes, 13 de enero de 2012

POR CIERTO...


Lo primero, perdón por haber ocultado a tu pequeña belga tras la inhóspita rotundidez de Angela Merkel. pero te aseguro qe más que con Cádiz, lupas y otros menesteres tiene que ver con mi torpeza no del todo achacable a mis dificultades de visión. De todos modos, si el error te sirvió como justificación para colgar en este blog la maravilla que es la canción y clip de Tom Zé, doy por bienvendio el errpr.
Pero vamos a lo que vamos, que no es otra cosa que el "por cierto..." que me merece tu pequeña belga. Y ese "por cierto..." no es otro que otro belga. Un rockero belga que ya es una leyenda y que es llamado por todo aquel que quiere "adornar" sus discos con una voz rotunda y cascada y una forma inimitable de cantar. Ese rockero es Arno, adorado por Jane Birkin y por el hijo de su amado Serge Gainsbourg. Un rockero que interpreta así.



Arno, nacido en Ostende, comenzo su carrera en inglés, idioma en el que obtuvo sus primeros éxitos, hasta que cayó en la cuenta de que el mercado francés era el más apropiado para su música.
Se dice de él que es el Higuelin o el Tom Waits belga, creo más que por afán de simplificación que con animo de precisar. Voz ronca: Tom Waits y rockero: Higuelin o, por qué no, Bashung.
Lo cierto es que quien le haya escuchado alguna vez no tendrá dudas de que Arno es único.



Como queda claro en este tema, los grandes rockeros, especialmente los que más se las dan de duros, se deshacen en las baladas y son capaces de dar en ell,as matices inalcanzables a los blandos que habitualmente lanzan sus redes en esos mares. Y, por si queda alguna duda, ahí va esto.



En fin, no hay que perderse a este tipo genial. Tanto en sus propias creaciones, como en las innumerables versiones que hace de los temas de otros. Yo, ahora me voy de nuevo a Cádiz, para perder algo nuevio y, en el tren, Arno acompañará mi viaje

HIJOS DE...


Hace más de tres décadas, cuando decidí cambiar los animales como objeto del interés de mis estudios por el cine, una canción escuchada en las fm, extrañamente para en francés, se constituyó en mi banda sonora interior. Esa canción, de un delicado e inteligente pop, la interpretaba un joven de rasgos, que no de aspecto, no precisamente franceses, más bien un tanto nortefricanos, llamado Louis Chedid, que, cusriosamente, me recordaba sobremanera a mi amigo Sergio. La canción, que de vez en cuando sigo escuchando, se llamaba y se llama "Ainsi-soit-il", "Así sea, y, a pesar de los años, sigo siéndole fial al autor.



Con el tiempo supe que Louis Chedid había nacido en Egipto, que era hijo de una de las más reconocidas poetas francesas, Andrée Chedid, nacida a su vez en el Líbano, y de un científico de la misma nacionalidad.
La carrera posterior de Chedid ha sido, y está siendo, larga y fructífera, por lo que no puedo dejar de recomendaros cualquiera de los muchos álbumes que ha publicado desde entonces.
Pero lo que me ha hecho traerle aquí es el hecho de que Louis Chedid tiene, a su vez, un hijo que ha revolucionado la música francesa en los últimos tiempos, Mathieu Chedid, que, curisoamente, ha escogido conquistar su sitio con una única M, la inicial de su nombre, como nombre artístico. Lo cierto es que con esa M y su peculiar aspecto le basta.



El no menos peculiar falsete de M Chedid y, sobre todo, su virtuosismo a la guitarra le han hecho imprescidndible en una gran cantidad de grabaciones, para las que es reclamado como colaborador de lujo. Por ejemplo en el último álbum de Lulu Gainsbourg, en cuya presentación pública, el hijo del gran Lucien Gainsbourg no le quiso poner falta. Lo tuvo sobre el escenario a la guitarra y junto a Ayo.



Magnífico y nada decepcionante, por cierto, ese disco homenaje de Lulu a su padre, "From Gainsbourg to Lulu", en el que hay verdaderas joyas como esta "Javanaise" que transforma y embellece aún más si cabe Richard Bona.



Otro magnífico hgijo de... de ka música francesa es Arthur H, hijo de Jacques Higuelin, dotadoi de una voz sugerente y llena de matices y¡, además, un verdadero virtuoso del piano, como lo demostró en el último doble álbum, "Mistic Rhumba", en el que repasa, con sólo su piano, lo mejor de sus creaciones. Arthur H se ha movidoen el territorio del jazz y se nota, pero también en la música electrónica y en los ritmos latinos. De uno de sus últimos discos "Adieu Tristesse", sale este tema que es un guiño y un juego con la música de uno d elos clásicos franceses que más ha influido en la música de este siglo y el pasado, Eric Satie. Aquí interpreta esta "Chanson de Satie" con las voces de Feist.



 uno de losQuien sin duda debe llevar la música en la sangre es Thomas Dutronc, hijo de la mítica Françoise Hardy y del no menos mítico Jacques Dutronc. Un magnífico guitarrista que se debate entre el pop más pop y su gran pasión, el jazz manouche, como en este caso.



Por poner un punto final a los hijos de... que Francia nos ha dado en los últimos años, no podemos olvidarnos del lánguido Vincent Delerm, hijo del escritor y periodista Phillip Delerm, columnista en Le Monbde y autor, entre otros éxitos, de ese panfleto tan vitalista y tan francés que tituló "El primer tragoo de cerveza y otros placeres de la vida". Vincent ha dado una nueva dimesnsión a las canciones que hablan de la vida cotidiana y de una adolescencia que se prolonga interesadamente en el tiempo. Magnífico músico, es autor, además, de canciones para otros, como las que firmó para el actor François Morel. En su faceta de intérprete es tan interesante como sigue.


En el resto del mundo, especialmente en la música anglosajona, los ejemplos se multiplican. Están los hijos de Lennon, de Dylan, el de Woody Guthrie, Arlo, y tantos y tantos que harían la nómina interminable. Yo me voy a detener sólo en dos.
El primero, un hombre que merece reconocimiento sólo por el hecho de ser hijo del productor que financió con su propio dinero las primeras grabaciones discográficas de alguna de las grandes figuras del jazz, entre ellas Billie Holifay. Y no sólo eso, tambien descubrió para los estudios de grabación a figuras como Bob Dylan o Bruce Springsteen. Se trata de John Hammond que, para su carrera en el folk y el blues, sólo recibió de su padre el nombre.



El otro hijo de... del que tampoco quiero olvidarme es James McMurtry, hijo del novelista y guionista cinematográfico Larry McMurtry,  autor, entre otros, de los guiones de "The last picture show", la magnífica fotografía de la juventud rural  de la Norteamerica de los sesenta, o el de la triunfadora en lso óscars "Brokeback Mountain".
James, que se mueve en ese género, cajón de sastre de otros géneros, que hemos dado en llamar "americana", es, además, un activista de izquierdas que se la jugó y mucho durante la ominiosa administración de Bush hijo, recordando que estaba metiendo a los jóvenes en otro Vietnam.



Evidentemente hay muchos más hijos de... algunos olvidados intencionadamente y otros, simplemente, olvidados. Sé que esta entrada te va a dar trabajo, querido Fernández, así que manos a la obra. Quede como corolario de lo escrito hasta ahora que la cultura genera cultura y, sobre todo, la creatividad genera creatividad. Por eso, de padres creadores nacen hijos creadores, entre otras cosas, porque en ambientes abonados para la cultura, la cultura crece mejor.