sábado, 14 de abril de 2012

50 AÑOS




Nunca estuve en Argel, pero dos grandes amigos que se vieron atrapados por la suave luz que desprenden las casas alineadas en cascada hacia el mar me prestaron sus recuerdos. Y cuando veo, en las fotos, ese paseo marítimo de grandes edificios afrancesados o la amurallada Cashba de la ciudad vieja pareciera como si fueran parte de mi propio pasado. Como si yo hubiera sido uno de aquellos “pied noir” que abandonaron el país como consecuencia del desgarro que supuso la guerra de independencia, que tuvo también algo de guerra civil. En eso, Argelia también nos recuerda nuestra propia historia reciente.

Desde Tánger hasta Túnez, hay un ambiente “andalusí” que impide al que viene de la península sentirse extranjero. En los rasgos de la gente, en la forma de vestir –tan parecida a aquellas de nuestros abuelos- e incluso en las palabras, como “gusto”.

Ahora, 50 años después de la fractura, músicos que se quedaron en la orilla del sur del Mediterráneo se han reunido con los que tuvieron que marcharse a la Norte para vivir la felicidad de tocar juntos las melodías del “chaâbi”, el sonido del pueblo nacido en los años 20. A este proyecto, que algunos comparan con el del Buena Vista Social Club y al que sólo une la coincidencia de ver en escena a músicos septuagenarios, le han dado el nombre de Orchestra El Gusto…



El “chaâbi” es una mezcla de influencias andaluzas, bereberes y religiosas y se tocaba tanto en los cafés, en las bodas, en las “machachas” –fumaderos del submundo argelino- y, lo que me parece más alucinante, en las peluquerías. Cantado en árabe, bereber y francés, este ritmo popular refleja en sus letras la vida cotidiana, con sus miserias, sus romances… pero sobre todo aproximaba a las comunidades separadas por la religión o el origen porque está basado “en el placer de estar juntos”….


Los músicos del “chaâbi” suelen ser autodidactas aunque en el caso de la Orquesta El Gusto, la mayoría estudió en el Conservatorio de Argel, donde este género entró de la mano del “jeque” El Anka, quien lo modernizó y estructuró. Un mito del laúd…

Una de las piedras angulares de la reunión es el acordeonista Mohamed El Ferkioui pero también el pianista El Hadi Halo, hijo del maestro, y el cantante y tocador de laúd Abdelkader Chercham…
El gusto - AbdelKader Chercham par DzCaNaL

Allí está también el cantante judeo-árabe, Luc Cherki, quien canta con orgullo su condición de “pied-noir”…



En definitiva, una historia de concordia, de tolerancia, de nostalgia, de compartir que también ha quedado reflejada en un documental que nos permite volver a Argel...