lunes, 19 de julio de 2010

POR CIERTO...


Por cierto, las luces y las lentejuelas unas veces dan y otras quitan.
Me explico, llevaba tiempo queriendo hablaros de una mujer a la que escuché en uno de esos directos de Radio 3, enamorándome sin remisión de su voz y de su simpatía. Tanto me gustó esa voz y esa forma de estar que abrí las orejas y me enteré de que su nombre artístico era, es, Ana Laan, aunque en los papeles figura como Ana Serrano Van der Laan. Me enteré también de que había nacido en España y de que, de niña, vivió en Noruega. Comprobé que domina el español y el inglés y que hace pinitos en noruego. Inmediatamente busqué sus discos y los encontré, dos, en iTunes. A partir de ahí no he dudado en presumir del hallazgo ante mis amigos, al igual que hago ahora con vosotros.
Paciencia con el clip, porque el sonido es un tanto modesto, pero la anécdota de la introducción es reveladora.
Realente, Ana es buena ¿O no?



Orégano, hermosa palabra, es el título de su primer disco -el segundo se llama "Chocolate y Rosas" y, entre ambos, pasaron muchas cosas. Tonto de mí, me conformé con su música y sus letras, sin preocuparme mucho más por saber quién era. Y resultó que era esa guapa mujer, alta y bella, a la que, empujando un carrito con un niño grande y rubio había visto alguna vez en los pasillos de la SER, cuando entrevistaban a Jorge Drexler. Y cuando confirmé el dato, deduje que en esta preciosa canción se hablaba de ella.



Qué lejos está esta bossa de lo que pasó tras el óscar por "Al otro lado", la canción de "Diarios de una motocicleta" y las lentejuelas. Ana había dejado de lado su carrera, sus conciertos en Libertad 8 y quién sabe donde, para cuidar a su hijo, el de Drexler, y, de repente, todo se vino abajo. La verdad es que esto que ahora os cuento no es el escándalo de cualquier programa de telebasura, sino algo más íntimo y doloroso que mereció, por ejemplo, el reproche público de Diego Manrique, un reproche que no sentó nada bien al cantautor uruguayo.
La verdad es que, como cantante y como inspiradora de canciones, prefiero a la íntima y secreta Ana, tan lejos de las portadas y la impudicia de la nueva relación de Drexler. Me quedo también, sin dudarlo, con los apasionados discos de los primeros años en España de Drexler, antes que con sus últimos trabajos y, cómo no, con esta "canción reproche" de Ana, antes que con la sofisticación hueca de Marlango.

2 comentarios:

  1. He llegado hasta aquí por casualidad, tirando del hilo, y me he encontrado con tus palabras. Totalmente de acuerdo con esa preferencia por los primeros discos españoles de Drexler y por esa debilidad por Ana Serrano, Ana Laan o Rita Calypso. Que odio con toda mi alma a Leonor Watling, por supuesto, no tiene nada que ver.

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  2. Que bossa es la del video?? no la encuentro disponible...

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