martes, 15 de junio de 2010

FABER

Inquieto donde los hubiese, Fabrizio de André, Faber, fue uno de los personajes más complejos de la música y la poesía italiana del pasado siglo.
Hijo de un partisano comunista y comunista el mismo, nació en 1940  en Génova, en pleno fascismo y a poco de estallar la II Guerra Mundial. Fue por eso que no disfrutó de la presencia de su padre, refugiado en asti, hasta el final de la misma.
Curisoamente, Faber, como era conocido entre sus amigos, se relacionó, siendo apenas un adolescente, con poetas, músicos y algún director de cine, personajes que, como Luigi Tenco, el cantautor que se suicido despueás de estar apunto de ganar el Festival de San Remo, tendrían una enorme trascendencia en la vida cultura y la música de los convulsos años sesenta en Italia.
Amante de la música y de la poesía, intérprete aficionado de violín en grupos de jazz, Fabrizio de André colgó sus estudios de Derecho para entregarse de lleno a sus dos pasiones: la música y la poesía, a las que, desde su rebeldía, dio alguna de sus más bellas páginas, como esta impagale "Bocca di rosa".



Seguidor, como la mayor parte de los cantautores europeos de su generación, del francés Georges Brassens, tradujo al italiano alguna de sus canciones, como "El gorila" o "Morir por las ideas". Del mismo modo, quedó cautivado por Dylan y, sobre todo, por Leonard Cohen, con el que compartió su curioso mundo de prostitutas y místicos,
Fabrizio de André vivió también enredado en todos y cada uno de los dialectos que se hablan an los pequeños rincones de Italia en que vivió Desde su Génova natal hasta la isla de Cerdeña, donde vivió algún tiempo y donde, durante semanas, estuvo secuestrado por una mafia local. El genovés, el sardo o el siciliano, son dialectos que aparecen en sus canciones, especialmente para dar voz a las víctimas de las injusticias que denuncia o para exaltar la sabiduría del pueblo llano, frente a la prepotencia del poder.
Precisamente una de sus creaciones más conocidas, incluida en la banda sonora de "El Padrino", "Don Raffae", está cantada en siciliano.



A lo largo de su vida, murió en 1999 a causa de un cáncer de pulmón, grabó numerosos álbumes, algunos escritos como un todo en torno a determinados temas. También colaboró con otros autores, entre los que destaca Francesco de Gregori, al que muchos consideran su sucesor y bautizan como "el príncipe".
Su discografía no siempre ha sido accesible desde Españae. Afortunadamente, hoy es posible, a través de Internet, acceder a ella, especialmente gracias a una exhaustiva recopilación, accesible en muchas de las tiendas virtuales.
El que puede cosiderarse su testamento musical, editado en disco y DVD, es un cuidado directo, en el que hace un repaso a lo mejor de su carrera sobre un escenario repleto de buenos músicos y buenas voces. Un concierto del que el tema "Dolcenera", mezcla de sabores a veces folk, a veces latinoamericanos y a veces africanos, es una excelente mustra.



Su muerte, en 1999, en Milán, donde fue hospitalizado después de tener que interrumpir su ultima gira, supuso una gran conmoción en toda Italia y a sus funerales asistieron miles de personas de todo el país y de todas clases sociales.
Poco después de su desaparación, el mundo de la música italiana le rindió homenaje en un concierto que ha sido publicado en disco bajo el título de "Faber, amico fragile", al que no faltó nadie, desde Gino Paoli y Ornella Vanoni, a Celentano, pasando por Zucchero. Su amiga Mina no estuvo, aunque ya había dejado testimonio de su admiración, grabando junto a él, meses antes de su muerte, la preciosa "Canzone de Marinella"

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