El año, como dice una amiga mía, me lo he comprado en Ikea y ahora hay que seguir las instrucciones para montarlo. Así que hay que empezar por la base...
Sirva esta magnífica interpretación del Modern Jazz Quartet como homenaje al increible guitarrista que fue Jean Baptiste Reinhardt, alias "Django", del que el próximo 23 de enero se conmemora el centenario de su nacimiento en una pequeña población belga donde su familia de gitanos nómadas instaló su campamento. "Django" era `manouche´, que es como se define en francés a los gitanos provenientes del centro de Europa y que, en la actualidad, tienen sus principales asentamientos en la región de Alsacia, de donde son originarias algunas de las dinastías musicales más prestigiosas: Schmitt, Lagrène, Loeffler... y donde el cineasta Tony Gatlif rodó su película "Swing" .
La música que `Django´ escuchó y practicó desde pequeño -con apenas 10 años, le tomó prestado a un primo un cochambroso banjo con el que tintaba de blues una mezcla de "Au clair de lune" y "La Madelon"- estaba más próxima a la de los ritmos zíngaros que del flamenco y, quizá por ello, fue más fácil su fusión con los ritmos danzantes que se tocaban en los bailes populares de París -les musettes- y los más sofisticados que llegaban desde el otro lado del Atlántico influidos, a su vez, por los ritmos africanos. `Django´-con su peculiar fraseo a la guitarra consecuencia de la parálisis que sufría en dos dedos de la mano izquierda- fue quien marcó la evolución hacia lo que hoy se conoce como "jazz manouche". Un estilo que durante años ha permanecido relegado en Francia como una curiosidad `folklorica´ para turistas americanos -¿os suena?- o para aquellos "connaisseurs" que se daban cita en el bareto que desde los años 60 ha guardado las esencias: `La Chope des Puces´, en el pueblo de Saint-Ouen donde están instaladas "las pulgas" (el Rastro) de París.
Tchavolo Schmitt es uno de los catedráticos que ha tenido esta universidad de la guitarra manouche, donde cada fin de semana de dos a siete de la tarde la dinastía de los García -Modine, el patriarca y luego su hijo Ninine- tocan en familia y con amigos desde 1963. Nada más gratificante para rebajar, por ejemplo, los callos a la provenzal o los mejillones al vino blanco que se pueden comer en el restaurante de la parte de atrás. Por su barra han pasado desde reconocidos delincuentes a estrellas internacionales, pero sobre todo se han cruzado veteranos -Romane, los hermanos Boulou y Elios Ferré- y jóvenes músicos como Stéphane Sanseverino y Thomas Dutronc (hijo de Françoise Hardy y Jacques Dutronc) que se han convertido en los nuevos embajadores "payos" del jazz manouche y de los ritmos que le acompañaron en su nacimiento: la java, la polka, el tango y el swing. Hasta el punto que comienza a ser una moda entre los jóvenes de los barrios burgueses de la capital (el cuartel general de la nueva generación se encuentra en La Pinte, en el carrefour del Odeón de París). Pero al margen de las anécdotas, el jazz manouche cuenta con estrellas más apreciadas en el mundo anglosajón como Bireli Lagrène, que ha compartido escenario con los MacLaughlin, Lucia, DiMeola y Pastorius y colabora en el último disco del imprescindible trío del holandés Stochelo Rosenberg, y Angelo Debarre que en el siguiente tema hace una magnífica versión del tema que `Django´ compuso en homenaje a su casa discográfica: "Stomping at Decca"...
Este "Año Django" -ya sólo me quedan los últimos tornillos- quiere servir para revitalizar de manera duradera un estilo que tiene mucha cantera en Francia. Empezando por Levis Adel-Reinhardt -bisnieto del guitarrista y último de su dinastía-y Swan Berger, que con sólo 11 años es un prodigio que calienta el alma en estos tiempos sombrios, tan parecidos a los que le tocó vivir al propio `Django´.
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